GLUTAMINA: RECUPERACIÓN Y SISTEMA INMUNOLÓGICO

GLUTAMINA: RECUPERACIÓN Y SISTEMA INMUNOLÓGICO.

Tras una situación de alto estrés fisiológico, como por ejemplo; después de la realización de un evento deportivo prolongado (e.g., IronMan), infecciones severas, quemaduras, durante la fase de recorte en el culturismo, entre otras situaciones, la glutamina es uno de los aminoácidos que más puede llegar a sufrir cambios, disminuyendo su concentración y siendo necesaria su reposición. En estas ocasiones, si no hay suficiente cantidad de glutamina en el organismo, se producen situaciones de catabolismo muscular (pérdida de masa muscular) y si esto se prolonga puede llegar a producirse una disminución en el proceso de adaptación/recuperación, lo cual es opuesto a los objetivos deportivos (Kelly et al, 2003). De hecho, la glutamina puede considerarse un marcador de sobreentrenamiento después del ejercicio ya se que se produce una reducción de su disponibilidad (Agostini y Biolo, 2010).

Durante el estrés se produce un aumento de la concentración de cortisol en sangre lo que conduce a la proteólisis  de las proteínas musculares y aumento de la liberación de glutamina. La glutamina neutraliza el efecto catabólico o de la destrucción del tejido celular causado por el estrés. Así, la glutamina juega un papel fundamental en la recuperación muscular, aumento de masa muscular y fuerza. En estas condiciones, la administración de glutamina puede servir para acelerar la recuperación, reducir el catabolismo muscular y estimular el crecimiento muscular, al aumentar el volumen y la hidratación celular, mejorar la capacidad antioxidante del cuerpo, además de favorecer la síntesis proteica y la síntesis de glucógeno muscular (Welbourne et al, 1995) en ciertos contextos celulares.

Por tanto, una adecuada disponibilidad de glutamina en ciertas ocasiones puede contribuir a disminuir la inflamación y aumentar los beneficios de la salud asociados al entrenamiento óptimo, de manera que se pueda mejorar la inmunocompetencia sistémica y la recuperación muscular. Todo ello conduce a una disminución en la aparición de lesiones y/o infecciones debido a la prevención de inmunosupresión.

Debemos resaltar que el consumo de glutamina en sujetos saludables con una buena ingesta de proteína no parece tener mayores efectos sobre el organismo; no obstante, incluso el sistema de clasificación de suplementos dietarios del Instituto Australiano del Deporte (AIS, 2017) no descarta el consumo de glutamina y lo ubica en el grupo B, debido a que puede utilizarse en situaciones de monitoreo clínico y otros momentos resaltados a lo largo del post.

REFERENCIAS

Agostini F & Biolo G. (2010). Effect of physical activity on glutamine metabolism. Curr Opin Clin Nutr Metab Care 13:58–64

Kelly D, Wischmeyer PE. (2003). Role of L-glutamine in critical illness: new insights. Curr Opin Clin Nutr Metab Care, 6(2):217-22.

Welbourne TC. (1995). Increased plasma bicarbonate and growth hormone after an oral glutamine load. Am. J. Clin. Nutr. 61:1058-1061.

2017-08-24T01:03:16+00:0024 Ago, 2017|Categorías: SUPLEMENTACIÓN|Etiquetas: , , , |

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